Articulo de Fernando Ainsa
los refugios del cuerpo desarticulado por Fernando Aínsa Cuando el cuerpo está entusiasmado no hay que preocuparse del alma. Nietzsche, Ecce Homo Desconecto / levanto la tapa de los sesos / y me siento en el brocal redondo de ese pozo / en el borde del hueso de la frente como un pescador de caña con las piernas y la mirada hacia adentro … Amanda Berenguer, El pescador de caña La expresión artística del cuerpo en la literatura uruguaya se ha referido tradicionalmente al culto de la belleza femenina, pero no de una belleza hierática sino estremecida. Una topografía de pieles tersas, sin arrugas ni laceraciones, impregnadas de amor o deseo, recorre con diversas sinestesias y sensibilidades el mapa de la poesía y la narrativa de las primeras décadas del siglo XX, como si fuera una prolongación natural de un orden armónico no cuestionado. Pasión o erotismo apenas disimulado, vibrando bajo la sabia caricia o el recuerdo del ser amado, delinean la silueta de cuerpos voluptuoso